La dicotomía que se produce al hablar de educación y cultura como si
fueran materias afines y no dependientes, haciendo ver una diferencia que no
existe, es objetivo claro de quien pretende limitar el que las personas seamos
libres e inteligentes en igualdad.
Ambas tienen la capacidad de crear conciencia y ambas, por lo tanto,
tienen la capacidad de hacer avanzar hacia una sociedad más justa sabiendo
decidir por sí misma. Un gobierno que trate a su ciudadanía como apadrinados y
lo que es peor, que la ciudadanía se deje apadrinar huyendo del compromiso,
terminará por convertirse en una sociedad carente de valores.
Tanto la educación como la cultura son susceptibles de convertirse en
negocio, pero esto no puede ser excusa para mermarlas como derechos fundamentales
a la ciudadanía.
Durante los últimos años, y bajo gobiernos del PP, la educación y la
cultura han sufrido un retroceso inasumible para una sociedad que aspira a
ondear la bandera de la igualdad, la privatización de la educación en todos los
niveles e incluso, sin el más mínimo rubor, facilitar que centros educativos construido con recursos públicos pasasen a manos privadas, las
subidas de tasas universitarias o la retirada de la asignatura Educación para
la ciudadanía parece hecho con la intención de reorientar conciencias hacia intereses que aparten al
individuo de lo colectivo o hacerlos deliberadamente incultos, algo que deja entrever
que lo primero es el color del dinero, tanto tienes tanto vales, y de
ahí, y cuasi al mismo ritmo, la asfixia económica al sector cultural con
capacidad de crear conciencia, tal vez, el más susceptible a ser independiente.
Se hace necesario pues una nueva ley de educación en la que
intervengan de forma activa los representes de la comunidad educativa, así como
todos los actores que en ella intervienen, una nueva ley que contenga un plan
para la recuperación de centros educativos, que de públicos hayan pasado a
privados, y se hace necesario por lo tanto un aumento en la plantilla de
docentes en todos los niveles educativos y con un salario digno a la importantísima
labor que desde el compromiso realizan para con nuestra sociedad.
La cultura, la otra pata de esta mesa, que es también un elemento de cohesión social y dinamizador de la economía, necesita con urgencia un plan
estratégico para la revitalización de la industria basado en cuatro ejes
fundamentales, la formación, el emprendimiento, la consolidación, y la difusión,
no son pocas las empresas del sector que han desaparecido al no poder soportar
la subida del IVA, dejando a miles de trabajadores y trabajadoras de la cultura
en el más absoluto desamparo.
La subida del 8 al 21% de IVA, ha destruido y colapsado un sector que ya de por
sí está en crisis permanente.
Citando a Pitágoras habría que repetir aquello de educando a los niños
no sería necesario castigar a los hombres o a la gran María Zambrano con el que
la cultura es el despertar del hombre, demos pues las herramientas para que no
haya que castigar a más hombres ni mujeres, y hagamos posible que los sueños
abandonen la senda de las pesadillas y se conviertan en realidades.
Algunos apuntes:
ResponderEliminarLa educación en primera instancia es tarea fundamental de la familia y del entorno social en que te desarrollas desde que naces, cosa que en los últimos años ha estado muy lastrada porque cada vez más la familia ha dejado de ser la célula fundamental de la sociedad, por múltiples razones.
La enseñanza es otra cosa, es un proceso dirigido con vistas a educar en aquellos aspectos específicos (técnicos, científicos, etc.) que no siempre la educación "de cuna" está preparada para trasmitirlos.
Gracias por tu comentario amigo.
ResponderEliminarInteresante tu reflexión, cabría pues preguntarse ¿Debe sustituir la escuela al hogar o deben realizar su labor simultaneamente y en sintonía?
Desde mi punto de vista la labor debe ser compartida y en sintonía.
Un saludo.