Recopilando
datos, llegan más datos, y tras análisis más análisis, cada uno hecho desde el
rincón de cada uno, incluso a veces desde la perspectiva de otros, así me
adentro en la tarea de poner el acento en lo que para mí ha sido importante en la
pasada campaña electoral y la Andalucía de futuro que espero desde la visión
de un militante socialista.
Primero
y a grandes rasgos, resaltar que el PSOE ha ganado las elecciones en Andalucía,
nada más y nada menos que en 7 de las 8 provincias, algo que tanto Mariano
Rajoy como los perfiles públicos en RRSS de Podemos, Pablo Iglesias ni mú hasta
ahora, han resaltado poniendo uno sus barbas y otro la coleta a remojar con el
mismo recurso retórico “Los resultados en Andalucía no son extrapolables al resto
del estado español” Ahí la llevamos...
Las
expectativas pre electorales vía encuestas, a saber a quién y donde se las han
hecho y que se ha respondido, daban por un lado un resultado salvable al
bipartidismo que se había creado fundamentalmente desde algunos medios de
comunicación, o sea PP-Podemos, y no ha sido así, si no que para uno ha sido malo
y para el otro peor, y por otro lado un hundimiento del bipartidismo salido de
procesos electorales anteriores, PSOE-PP, en esta ocasión solo acertaron en la
P al cuadrado, lógico por otra parte más allá de los recortes económicos y de
libertades que está aplicando al conjunto del estado español, no se puede ir de
cuatro en cuatro años diciendo lo mal que está Andalucía en todo, digo yo que algo
tendrá para poner en valor incluso desde una visión catastrofista, aunque solo sea la Semana Santa, pues nada ni
eso.Tal vez esto lleve a un nuevo gentilicio en contraposición al ANDALUCES,
los ANDASOMBRAS. Total, que entre casi todos la mataron y el PSOE-A ganó,
dejando a los/as socialistas andaluces otros cuatro años por delante para
seguir poniendo el acento donde importa, en los andaluces y andaluzas. Cabe
señalar también, aunque parezca una paradoja, que Ciudadanos han entrado en el
parlamento andaluz, y eso que no le daban un comino, de IU… Que voy a decir que
los abrazos de osos no sepan…
La
realidad siempre supera la ficción por muy bien que esta última se haga. Hechos
son amores y no buenas encuestas perdón, razones.
Vayamos
a los hechos y a los resultados de estas elecciones en el marco socialista, y
siempre desde mi visión personal.
Un
hecho es que el PSOE-A apostó por una campaña basada en el liderazgo de su
candidata, que si bien ha podido funcionar, no es menos cierto que en 2012 se
consiguió un mayor número de votantes, aunque en 2015 se hayan conseguido el
mismo número de escaños. Sería un error poner el acento solo ahí, ya que al fin y al
cabo Susana Díaz se presentaba bajo las siglas PSOE-A que es donde sí quiero
poner la tilde y con vistas de futuro.
El
PSOE-A debe reconocerse a sí mismo, más allá de liderazgos, en una formación de
izquierdas donde aún están vigentes sus valores fundacionales de igualdad,
república y laicismo, y como no, federalismo, el propio PSOE-A en esta campaña
electoral ha reclamado jornada si y jornada también más Andalucía, algo en lo
que estoy de acuerdo, y ese me parece un paso importante ante la necesidad
identitaria no solo andaluza, si no de todos y cada uno de los territorios que
la reclaman.
Algo
también importante, el PSOE-A desde su posición de ganador en estas elecciones
debe abrirse a otras formaciones de izquierdas que desde una óptica distinta pueden
aportar a la suma de la defensa del estado del bienestar, ese ha sido el máximo
denominador común de estas elecciones, ni más ni menos que la suma de formaciones
progresistas en el parlamento andaluz hacen un total de 67 parlamentarios, un
no claro y rotundo a las políticas de recortes de la derecha.
El
PSOE-A tiene por lo tanto grandes retos por delante, algunos de máxima
urgencia, como son la transparencia en todo lo relativo a la gestión en la Junta de Andalucía que lleve implícito un máximo nivel de prevención contra la corrupción de cargos públicos, una profunda reforma agraria y de la industria pesquera, la
apuesta por las energías renovables, sector en el que gracias a los
profesionales andaluces y su situación geográfica puede ser número uno a nivel
mundial o el inaplazable retorno del talento andaluz que tuvo que emigrar
debido a la falta de empleo y medios para realizar su labor. Pero sin duda el
más urgente de todos es un plan estratégico para un nuevo modelo productivo
basado en las personas, dicho de otra forma, Andalucía necesita saber ya cómo
quiere que sea la Andalucía del mañana, y esto no puede ser solo una labor
exclusiva de nuestro parlamento, a la ciudadanía hay que implicarla, y eso solo
se consigue abriéndole los cauces para una mayor participación en la toma de
decisiones.