miércoles, 25 de marzo de 2015

ANDALUCÍA, si digame.


Recopilando datos, llegan más datos, y tras análisis más análisis, cada uno hecho desde el rincón de cada uno, incluso a veces desde la perspectiva de otros, así me adentro en la tarea de poner el acento en lo que para mí ha sido importante en la pasada campaña electoral y la Andalucía de futuro que espero desde la visión de un militante socialista.

Primero y a grandes rasgos, resaltar que el PSOE ha ganado las elecciones en Andalucía, nada más y nada menos que en 7 de las 8 provincias, algo que tanto Mariano Rajoy como los perfiles públicos en RRSS de Podemos, Pablo Iglesias ni mú hasta ahora, han resaltado poniendo uno sus barbas y otro la coleta a remojar con el mismo recurso retórico “Los resultados en Andalucía no son extrapolables al resto del estado español” Ahí la llevamos...

Las expectativas pre electorales vía encuestas, a saber a quién y donde se las han hecho y que se ha respondido, daban por un lado un resultado salvable al bipartidismo que se había creado fundamentalmente desde algunos medios de comunicación, o sea PP-Podemos, y no ha sido así, si no que para uno ha sido malo y para el otro peor, y por otro lado un hundimiento del bipartidismo salido de procesos electorales anteriores, PSOE-PP, en esta ocasión solo acertaron en la P al cuadrado, lógico por otra parte más allá de los recortes económicos y de libertades que está aplicando al conjunto del estado español, no se puede ir de cuatro en cuatro años diciendo lo mal que está Andalucía en todo, digo yo que algo tendrá para poner en valor incluso desde una visión catastrofista, aunque solo sea la Semana Santa, pues nada ni eso.Tal vez esto lleve a un nuevo gentilicio en contraposición al ANDALUCES, los ANDASOMBRAS. Total, que entre casi todos la mataron y el PSOE-A ganó, dejando a los/as socialistas andaluces otros cuatro años por delante para seguir poniendo el acento donde importa, en los andaluces y andaluzas. Cabe señalar también, aunque parezca una paradoja, que Ciudadanos han entrado en el parlamento andaluz, y eso que no le daban un comino, de IU… Que voy a decir que los abrazos de osos no sepan… 

La realidad siempre supera la ficción por muy bien que esta última se haga. Hechos son amores y no buenas encuestas perdón, razones.

Vayamos a los hechos y a los resultados de estas elecciones en el marco socialista, y siempre desde mi visión personal.

Un hecho es que el PSOE-A apostó por una campaña basada en el liderazgo de su candidata, que si bien ha podido funcionar, no es menos cierto que en 2012 se consiguió un mayor número de votantes, aunque en 2015 se hayan conseguido el mismo número de escaños. Sería un error poner el acento solo ahí, ya que al fin y al cabo Susana Díaz se presentaba bajo las siglas PSOE-A que es donde sí quiero poner la tilde y con vistas de futuro. 




El PSOE-A debe reconocerse a sí mismo, más allá de liderazgos, en una formación de izquierdas donde aún están vigentes sus valores fundacionales de igualdad, república y laicismo, y como no, federalismo, el propio PSOE-A en esta campaña electoral ha reclamado jornada si y jornada también más Andalucía, algo en lo que estoy de acuerdo, y ese me parece un paso importante ante la necesidad identitaria no solo andaluza, si no de todos y cada uno de los territorios que la reclaman.

Algo también importante, el PSOE-A desde su posición de ganador en estas elecciones debe abrirse a otras formaciones de izquierdas que desde una óptica distinta pueden aportar a la suma de la defensa del estado del bienestar, ese ha sido el máximo denominador común de estas elecciones, ni más ni menos que la suma de formaciones progresistas en el parlamento andaluz hacen un total de 67 parlamentarios, un no claro y rotundo a las políticas de recortes de la derecha.

El PSOE-A tiene por lo tanto grandes retos por delante, algunos de máxima urgencia, como son la transparencia en todo lo relativo a la gestión en la Junta de Andalucía que lleve implícito un máximo nivel de prevención contra la corrupción de cargos públicos, una profunda reforma agraria y de la industria pesquera, la apuesta por las energías renovables, sector en el que gracias a los profesionales andaluces y su situación geográfica puede ser número uno a nivel mundial o el inaplazable retorno del talento andaluz que tuvo que emigrar debido a la falta de empleo y medios para realizar su labor. Pero sin duda el más urgente de todos es un plan estratégico para un nuevo modelo productivo basado en las personas, dicho de otra forma, Andalucía necesita saber ya cómo quiere que sea la Andalucía del mañana, y esto no puede ser solo una labor exclusiva de nuestro parlamento, a la ciudadanía hay que implicarla, y eso solo se consigue abriéndole los cauces para una mayor participación en la toma de decisiones.