domingo, 11 de octubre de 2015

NI LA EDUCACIÓN NI LA CULTURA MUERDEN.



La dicotomía que se produce al hablar de educación y cultura como si fueran materias afines y no dependientes, haciendo ver una diferencia que no existe, es objetivo claro de quien pretende limitar el que las personas seamos libres e inteligentes en igualdad.

Ambas tienen la capacidad de crear conciencia y ambas, por lo tanto, tienen la capacidad de hacer avanzar hacia una sociedad más justa sabiendo decidir por sí misma. Un gobierno que trate a su ciudadanía como apadrinados y lo que es peor, que la ciudadanía se deje apadrinar huyendo del compromiso, terminará por convertirse en una sociedad carente de valores.

Tanto la educación como la cultura son susceptibles de convertirse en negocio, pero esto no puede ser excusa para mermarlas como derechos fundamentales a la ciudadanía.

Durante los últimos años, y bajo gobiernos del PP, la educación y la cultura han sufrido un retroceso inasumible para una sociedad que aspira a ondear la bandera de la igualdad, la privatización de la educación en todos los niveles e incluso, sin el más mínimo rubor, facilitar que centros educativos construido con recursos públicos pasasen a manos privadas, las subidas de tasas universitarias o la retirada de la asignatura Educación para la ciudadanía parece hecho con la intención de  reorientar conciencias hacia intereses que aparten al individuo de lo colectivo o hacerlos deliberadamente incultos, algo que deja entrever que lo primero es el color del dinero, tanto tienes tanto vales, y de ahí, y cuasi al mismo ritmo, la asfixia económica al sector cultural con capacidad de crear conciencia, tal vez, el más susceptible a ser independiente.

 

Se hace necesario pues una nueva ley de educación en la que intervengan de forma activa los representes de la comunidad educativa, así como todos los actores que en ella intervienen, una nueva ley que contenga un plan para la recuperación de centros educativos, que de públicos hayan pasado a privados, y se hace necesario por lo tanto un aumento en la plantilla de docentes en todos los niveles educativos y con un salario digno a la importantísima labor que desde el compromiso realizan para con nuestra sociedad.

La cultura, la otra pata de esta mesa, que es también un elemento de cohesión social y dinamizador de la economía, necesita con urgencia un plan estratégico para la revitalización de la industria basado en cuatro ejes fundamentales, la formación, el emprendimiento, la consolidación, y la difusión, no son pocas las empresas del sector que han desaparecido al no poder soportar la subida del IVA, dejando a miles de trabajadores y trabajadoras de la cultura en el más absoluto desamparo.
La subida del 8 al 21% de IVA, ha destruido y colapsado un sector que ya de por sí está en crisis permanente.


Citando a Pitágoras habría que repetir aquello de educando a los niños no sería necesario castigar a los hombres o a la gran María Zambrano con el que la cultura es el despertar del hombre, demos pues las herramientas para que no haya que castigar a más hombres ni mujeres, y hagamos posible que los sueños abandonen la senda de las pesadillas y se conviertan en realidades.